¡Sánchez firma y engorda la fiesta! +50 millones en obras que tragaron mordidas de la trama Cerdán

¡Atención, espectadores de la política-reality nacional! Pedro Sánchez se ha lucido haciendo lo que mejor sabe: autofirmarse subvenciones. En cuatro Consejo de Ministros diferentes (17‑May‑2022, 07‑Feb‑2023, 23‑May‑2023 y 05‑Nov‑2024), nuestro líder estampó su rúbrica para inflar tres obras públicas en Logroño, Sevilla y el Camino de Santiago con la nada modesta cifra de 50. 618. 910 €. Todo un tres al cuarto de ingeniería presupuestaria… o, en términos más castizos, un cartelón bien clarito de “pásame la cartera”.
Vamos por partes: en Logroño, la autovía A‑68 pasó de 111 a 134 millones—un +20 % de adorno—gracias a dos aumentos consecutivos firmados por Sánchez. En Sevilla, el Puente del Centenario engordó 16,4 millones (+19 %), y el tramo del Camino de Santiago ascendió un 16 % con 11,8 millones extras. ¿Casualidad que todas esas sacudidas presupuestarias coincidieran con expedientes ya indagados por la UCO por presuntas mordidas? Pues claro que sí… si pensamos que la UCO estudia ceniceros, no contratos gordos.
Pero esto se pone buenísimo: todo comenzó cuando se adjudicaron las obras inicialmente a UTEs vinculadas a la trama PSOE–Cerdán–Ábalos, con Acciona y compañía cavando ya el túnel… de vuelta de comisiones. Y después, el Consejo dijo: “Ponle más dinero”, y el presidente soldó con su autógrafo. ¡Qué bonito espectáculo!
¿Y por qué tanta premura? Pues porque la UCO había registrado el Ministerio de Transportes, incautado teléfonos de Javier Herrero y señalado que en 2019 Cerdán presionaba al asesor Koldo recordándole que “estaba obsesionado”. Vamos, que los audios hablan con voz propia y dejan a Sánchez cantando himnos a la ingeniería moral mientras firma ad infinitum.
Y ojo: no fue un único pase de magia. Fueron cuatro pases de diapositivas, o como dice el manual: elefante financiero con pellizquito a Hacienda (que, por cierto, sigue con vacaciones permanentes). Porque el artículo 324.4 de la Ley de Contratos del Sector Público lo exige, pero la norma nunca dijo que no podías usarla para disfrazar mordidas como “emergencia vial”.
¿Qué dice la UCO? Que Santos Cerdán y Koldo tejieron la trama como si fueran Azkoológicos, trenzando mordidas y financiación oscura al PSOE. Aunque la red era tan tupida que acabaron sobornando hasta a la ley. Y Sánchez, obviamente, firmando los sobres en blanco.
¿La guinda del pastel? Esto lo hace mientras vende imagen democrática. El mismo que mira a la ONU con la bandera del desarrollo y sostiene discursos sobre justicia. Todo muy “síndrome del cazador”: disparas, matas y luego cuentas que fue caza responsable.
Y por si fuera poco, Vox ya se ha apresurado a señalar el uso caprichoso de fondos europeos en otras tramas Cerdán–Servinabar, y Podemos dice que el Gobierno ya está muerto. Vamos, que la fiesta es completa y el cartel repleto de invitados incómodos.
Total, que Pedro firma + inflan + sospechan + trampean = ta‑chan: otro episodio impresionante del culebrón “Gobierno sin filtros”. Lo mejor es que aquí no hay pilotos automáticos: es autocracia manual con firma digitalizada. Seguro que Netflix ya tiene apuntado el guion.
¿Y ahora qué? Pues la UCO sigue metiendo la lupa, los jueces del Supremo tachan y piden explicaciones, y el domingo que Sánchez dé otro discurso digno de promoción turística en Sevilla. Mientras tanto, la ciudadanía sigue atónita, preguntando: “¿pero no iban a limpiar la corrupción?” Pues lo limpiaron todo… menos su firma.