El Máster de Puente: ¿Estudios o Estudietes del PSOE?

El Máster de Puente: ¿Estudios o Estudietes del PSOE?
La política española vuelve a regalarnos una joya académica que haría sonrojar a cualquier universidad seria. Esta vez el protagonista no es otro que Óscar Puente, actual ministro de Transportes y campeón olímpico del sarcasmo en redes sociales. Puente presume de tener un máster universitario, pero no uno cualquiera: el suyo incluía como “asignatura” un Congreso del PSOE. Sí, lo has leído bien. Suena a sketch de José Mota, pero es real. Tan real como que Felipe González aparece como “profesor invitado”.
El máster, impartido por la Universidad de Valladolid en 1998, se llamaba “Gobierno y Administración Pública”. ¿Asignaturas? Entre otras, el análisis del 35º Congreso del PSOE. El temario incluía un repaso al “liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero” y las “tensiones internas entre los barones socialistas”. Si esto no es una clase de ‘realismo mágico’, que venga Gabriel García Márquez y lo vea.
Pero hay más. El propio Felipe González, expresidente y gurú vintage del socialismo ochentero, figuraba como docente en el curso. Imaginamos los apuntes: “Cómo llevar chaquetas de pana sin despeinarse” o “Manual exprés para sobrevivir al felipismo sin traumas”. El máster duraba 600 horas, que debieron repartirse entre cafés en Ferraz, lecturas de El País y alguna que otra charla motivacional sobre cómo perder el norte ideológico sin perder votos.
Lo grave no es que esto exista (que ya es bastante), sino que Puente lo saque pecho en su currículum como si fuese un título del MIT. En España tenemos un serio problema con la titulitis: mientras unos sudan tinta en tesis doctorales serias, otros obtienen “másters” que parecen actividades extraescolares de Juventudes Socialistas. Y luego nos preguntamos por qué la universidad española está en crisis.
Recordemos: el mismo Puente que se indigna por los títulos de los demás (incluidos los de Ayuso o Casado), se siente orgulloso de haber cursado un máster donde se estudiaban sus propios compañeros de partido. ¿Qué será lo siguiente? ¿Una cátedra sobre “El pensamiento profundo de Pedro Sánchez” impartida por Begoña Gómez?
Este caso es el reflejo perfecto del politiqueo endogámico español: se premian los méritos partidistas disfrazados de méritos académicos. Como si apuntarse a un congreso político fuese lo mismo que investigar sobre geopolítica o economía pública. Y lo triste es que esto no es una excepción. Es parte de una red de titulillos que alimentan currículums y egos por igual.
Mientras tanto, el ciudadano de a pie, que se ha dejado miles de euros y años de esfuerzo en una formación seria, asiste atónito al desfile de másters de pega, como el de Cifuentes, Casado, y ahora este congreso-máster de Puente. La universidad pública, convertida en escenario de teatrillo político.
Pero en el país de la picaresca, tener cara siempre puntúa más que tener talento. Y Óscar Puente, curtido en todas las guerras del tuit, no se inmuta. Total, si los méritos se reparten entre aplausos de militantes, ¿para qué esforzarse en hacer un máster de verdad?
Al final, lo único que le falta a este máster es un diploma firmado por Felipe, sellado con una rosa roja y perfumado con nostalgia noventera. ¡Ole tú, Óscar! Que viva la meritocracia socialista… o al menos la que se estudia en powerpoints desde Ferraz.
¿Tienes también un máster en “Reuniones del AMPA” o en “Café para todos en el Congreso”? Compártelo, que igual te nombran ministro.