¿Cómo lucha Sánchez contra el cambio climático? — ¡En Falcon y helicópteros Super Puma!

¡Atención, que la lucha contra la emergencia climática llega en modo “star system”! Mientras España sufre una ola de incendios descontrolada, ¿qué hace nuestro intrépido presidente? Nada de quedarse en el despacho. Se lanza a la carretera… bueno, más bien al aire, en avión Falcon y dos helicópteros Super Puma del Ejército del Aire para recorrer zonas calcinadas. Bravo por el espectáculo.
Según la información publicada por la prensa, en sus dos visitas a áreas afectadas como Orense, Villablino, Jarilla, Caceres y Zamora, se movilizaron —además del Falcon— dos Super Puma para desplazamientos tanto desde La Mareta (Lanzarote) como desde Madrid y otras rutas en que incluso el helicóptero llegó a volar “en vacío” para posicionarse.
Esto sucede en plena crisis de incendios y emergencia climática, justo cuando muchos medios aéreos necesarios para apagar fuegos escasean o incluso se han reducido. Algunos de estos helicópteros podrían haber tenido otras prioridades… tipo ayudarte a apagar el fuego en lugar de llevar al presidente de aquí para allá.
¿Y dónde está el dilema? Lo cito casi literal: el Gobierno ha ido reduciendo la flota antiincendios disponible mediante contratos externos, incluso bajando el número de aeronaves en servicio y sin aprobar siquiera Presupuestos nuevos. La consecuencia: hay menos medios de extinción para las comunidades autónomas, y algunos aviones o helicópteros —como los anfibios para apagar fuegos— se han reducido drásticamente.
En lugar de reforzar la logística de emergencia y asegurar una flota antiincendios potente en momentos críticos, hemos visto un desplazamiento presidencial en **primera clase aérea militar**, digno de un desfile de gala. ¡Ole tú! Todo el drama del cambio climático y los incendios y nosotros importando la **imagen presidencial** como si fuera un videoclip institucional.
¿Cuál es el coste ambiental de esto? Pues no es baladí: se están usando aeronaves pesadas, con un consumo de combustible importante, emisiones de carbono significativas, precisamente cuando —se supone— deberíamos estar reduciendo la huella ambiental y buscando medios más sostenibles. En fin, antimateria pura del discurso ecologista.
¿Y él qué dice? Según sus declaraciones en alguno de los enclaves visitados, evitó someterse a preguntas de la prensa y atribuyó la ola de incendios a factores como la “ola de calor prolongada”, la **emergencia climática** y la ausencia de preguntas incómodas. No profundizó en la cuestión de si el desplazamiento presidencial era prioritario en ese contexto de emergencia.
¿Unidad institucional? Sí. ¿Corresponsabilidad? También. Pero cuando lo que falta son Presupuestos Generales del Estado aprobados, la administración pública se encuentra en un limbo, y sin esa certidumbre presupuestaria es difícil dimensionar correctamente el dispositivo de emergencia. Lo que no impidió, eso sí, que se usaran helicópteros en vacío para transportar a la máxima autoridad del país.
En definitiva, la postura presidencial ha sido: “Aquí estoy, llegando con estilo y en helicóptero, paseando por zonas calcinadas, mientras los medios de extinción disponibles se reducen y el país sufre incendios.” Una jugada de imagen que roza el **postureo institucional** más evidente, en vez de un plan estratégico y coordinado contra incendios. Aplausos del público, corazones y muchos likes… pero, ¿realmente apagan el fuego?
¿Cuál es la moraleja de este sainete?
- Primero: prioridades invertidas. Cuando hay falta de medios para extinguir fuegos, en vez de reforzarlos, se prioriza el traslado del presidente. Disparate dignísimo de guión de comedia oscura.
- Segundo: hipocresía ambiental. Se habla de emergencia climática, se pide corresponsabilidad institucional, y se moviliza un Falcon y helicópteros contaminantes sin cuestionarse si era lo más racional ecológicamente.
- Tercero: falta de transparencia y rendición de cuentas. Se evita dar explicaciones, no se responden preguntas de la prensa, y se recurre al discurso de la ola de calor y emergencia como justificación general sin entrar en detalles operativos.
- Cuarto: ¿a quién beneficia esta puesta en escena? A la imagen del presidente, sin duda; ¿al combate del cambio climático? Difícilmente. ¿A la extinción de incendios? Menos aún.
Conclusión (en tono enfadado y sarcástico): mientras **el país arde y se reducen los medios de extinción**, la **primera clase aérea militar presidencial** se convierte en el centro escénico de la comunicación oficial. ¡Bravo! Podríamos titular la foto oficial: **“Sánchez combate incendios... y a la lógica”**. Y es que, si esto fuera un episodio de cómic, se llamaría **“Emergencia climática: vuelo panorámico de autor”**, con ovación de fondo, desvío de atención y sin soluciones reales encima de la mesa. ¿Seguimos aplaudiendo o exigimos que pongan los medios donde de verdad hacen falta?