Comité Federal PSOE: ¿transparencia o barrizales patriarcales?

¡Paren el mundo que queremos bajarnos! Durante el Comité Federal del PSOE celebrado el 6 de julio de 2025, la banda sonora no fue “Another Brick in the Wall”, sino un demoledor “¡ZAS!” en clave machista cortesía de unos audios filtrados de Ábalos y Koldo García. Inés Rey sacó los pies fuera de Moncloa y soltó el pepinazo: “ojo con esos acantilados de cristal, las mismas estructuras patriarcales a veces las tenemos aquí”.
Imaginen la escena: señoras al frente, micrófonos calibrados y los caballeros mirando el suelo mientras al fondo se hunde el relato. Rey, alcaldesa de A Coruña, puso el foco donde duele: “Ni un susurro a la víctima” —porque tres meses para reaccionar al acoso ya no entran en el guion moderno. Y no se quedó ahí: “no somos bomberas… ni cuidadoras perpetuas”, subrayó. ¡Boom!
Y, como si faltara chispa, Francisco Salazar renunció el mismo día por acusaciones de acoso. Perfecto, doble dosis de polémica al estilo “golpe esperpéntico”. ¿Hay reacción? Las feministas internas –Adriana Lastra, Montero, Rey– pidieron no solo condena, sino cambios estructurales de esos que hacen temblar los cimientos del patriarcado.
Y claro, entre turno y turno, emergió la vieja guardia con su grito de guerra: “aguantar no deja de ser cavar más un agujero”, tal y como alertó Page, mientras Puente respondía con un triple espresso de fiereza política . Sánchez, fiel al libreto, se reivindicó capitán y prometió medidas éticas (¡ya era hora!), aunque algunos vieron más posado fotográfico que compromiso real.
¿Y el drama? La mezcla de testimonios de mujeres líderes, declaraciones nucleares y dimisiones matinales dibujan una fiesta de contradicciones. El PSOE pretende ponerse la chapa de partido moderno, pero sigue tropezando con su propio patriarcado interno. Inés Rey no anduvo con contemplaciones: mandó a la lona la idea de feminismo reactivo y pidió “empoderar de verdad a nuestras secretarías de igualdad”. Lo que viene siendo decir: “basta ya de postureo purple”.
Resumiendo con sabor irónico: audios machistas = crisis interna; dimisiones y bronca = espectáculo serio; discurso de salvación socialista = versión deluxe del posado electoral... Todo aderezado con estridencias feministas y miradas de recriminación.
¿Cambiará algo? Se aprobaron medidas (doble firma, códigos actualizados, protocolo antiacoso... gracias, señor libreto), pero el plato fuerte será ver si el feminismo se convierte en política real o en lema de campaña . Mientras tanto, Pedro Sánchez sigue al timón del barco, capoteando crisis a base de discurso y cariño institucional.
Conclusión: estamos en pleno culebrón feminista‑político: acantilados de cristal, dimisiones fulminantes y audios que queman más que un chicle en suela. Pónganle palomitas, porque el próximo episodio puede ser judicial, ético… ¡o ambos!