¡Cerdán al talego! Pero con estilo

¡Ay, Santos! Que te han pillado con el carrito del helado... pero versión deluxe, con topping de cohecho, sirope de tráfico de influencias y una cereza de organización criminal. El Tribunal Supremo, que últimamente se toma las cosas muy a pecho, ha decidido que lo tuyo no era una inocente partida de Monopoly político, sino más bien una maratón de mordidas con final en Soto del Real.
El juez Leopoldo Puente, que parece tener más guion que una serie de Netflix, ha redactado un auto que ni el mismísimo Pérez-Reverte. En él, se habla de “botines”, “conversaciones explícitas” (¡uy, qué picante!) y una “relación vertical” con Ábalos y Koldo. Vamos, que si esto fuera una telenovela, ya estaríamos en el capítulo donde el protagonista se entera de que su cuñado también está en el ajo.
Según el auto, Cerdán no solo sabía lo que se cocía, sino que era el chef principal del restaurante de las adjudicaciones públicas. Que si Acciona por aquí, que si 620.000 euritos por allá, y otros 450.000 prometidos como si fueran puntos del supermercado. Todo muy normal, muy de andar por casa... si tu casa es una sede del partido con caja B.
Y claro, como buen político moderno, todo queda registrado en audios, mensajes y probablemente stickers de WhatsApp. Porque si vas a delinquir, hazlo con estilo y deja pruebas multimedia. El juez, que no se anda con rodeos, ha dicho: “A la cárcel, y sin pasar por la casilla de salida”.
Mientras tanto, en Ferraz, las caras largas se mezclan con los “yo no sabía nada” y los “esto es una persecución política”. Lo de siempre, vamos. Pero lo que nadie dice es que el guion de esta historia lo firmaría encantado cualquier guionista de thriller político. Solo falta que Netflix compre los derechos y lo llame “La Casa del PSOE”.
En fin, que Santos Cerdán ya tiene alojamiento con pensión completa cortesía del Estado. Y nosotros, los ciudadanos, tenemos otro capítulo más en la saga de “Políticos y sus cositas”. ¿Quién será el siguiente? Hagan sus apuestas.