Ábalos desvela chivatazo y Sánchez se acerca al penal… ¿Cena de arrepentimiento?

Prepárense para el bombazo de la semana: José Luis Ábalos, exministro y aparentemente perro guardián del PSOE, ha soltado la bomba en OKDiario. Resulta que, en **septiembre de 2023**, informaba al mismísimo Pedro Sánchez de que la UCO ya investigaba a Koldo García —ese mismo que acabaría detenido cinco meses después—. ¡Atención! Si la UCO ya tenía datos en marzo-abril de 2024, y Sánchez lo sabía, ¡ahí empieza el festín penal! Hablamos de delito grave: revelación de secretos, presunto encubrimiento y obstrucción a la justicia. Vox ya ha lanzado querellas por estos tres cargos. ¿Va a citar al presidente el juez? Todo indica que sí
La trama es de categoría: el presidente, al tanto de piezas fundamentales del sumario, hablando con su exministro y ocultando información crucial. Si esto no huele a delito… pues no sé, igual huele a chorizo ahumado, lo que viene siendo un quilombo judicial en directo.
¿Y qué significa esto para Sánchez? Pues que se enfrenta a un **horizonte penal negro**, justamente un titular, publicado hoy 2 de julio de 2025. Ojo: “negro” como el café de grano fuerte, no el tueste light.
Imaginemos por un momento: un presidente informando a un imputado (García). ¿Colaboración? ¿Chivatazo? ¿Amenaza implícita? Las líneas delictivas no se dan por casualidad. Y, por si fuera poco, Ábalos ha puesto sobre la mesa que el chivatazo presidencial podría haber arruinado las pesquisas de la Benemérita y beneficiar a la presunta trama. Eso es jugársela con la Justicia, y nos dicen que “tal vez tenga que declarar”. O sea, que el Supremo tiene trabajo.
¿Y cuál es el papel de la UCO en esta película? Pues investigar, hurgar y encontrar audios, correos, contratos, morralla política. Si Sánchez estaba al corriente, podría haber ralentizado, filtrado o manipulado… y eso no suena a “harina de otro costal”.
Y la guinda del pastel corrupto es esa frase lapidaria: “un negro horizonte penal”. ¿Por qué? Porque puede conllevar penas de cárcel, inhabilitación e incluso la destrucción del relato político construido en estos años. Nadie quiere una investigación que llegue hasta la Moncloa… pero si ya está aquí, no hay vuelta atrás.
Por supuesto, la narrativa oficial será: “fue un chivatazo institucional para prevenir delitos, no para ibas a la cárcel”. Pero los hechos dicen otra cosa. Informar a un político imputado es cargar la munición, y la Fiscalía no perdona esa jugada.
Imputación, imparable y en plena ebullición periodística. Ya se oyen murmullos de “¿dimisión preventiva?” o “declaración inminente”. ¿Se pondrá Sánchez el traje de acusado? Por ahora, sigue en Moncloa, con la impunidad como capa… pero esa capa podría convertirse en bozal si el juez decide llamar al jefe de filas.
Resumen en plan express y con risas irónicas: Ábalos marca el paso → chivatazo visible → horizonte penal para Sánchez → querellas listas → posibles declaraciones → festival judicial en Moncloa. El espectáculo está servido.
¿Resultado? Si Sánchez comparece ante el juez, será un antes y un después político y judicial. Si no lo hace, se verá como un tótem del "yo me quedo aunque me cueste todo". Mientras tanto, nosotros seguiremos con las palomitas, observando el caos con mirada de cómic. ¿Batalla legal o tsunami político? La respuesta se sabrá pronto… si las puertas giratorias dejan de girar tan rápido.
Así pues, máxima atención a este “negro horizonte penal”: una expresión contundente que traspasa titulares y llega directo al código penal. Y si el martes vienen momentos tensos en sede judicial… prometo traer la crónica con comentarios de sobremesa.